Una breve introducción
Sabemos que el déficit neurológico de los niños con TDAH implica un déficit en su habilidad para inhibir la conducta. Esto no solo implica que no pueden anticiparse a situaciones como sí lo pueden hacer otros niños, sino que tampoco pueden lograr hacerlo con la destreza con que los otros niños lo hacen. Esta falta de previsión puede tener consecuencias negativas y amenazantes, y paralelo a ello, efectos que pueden ser socialmente devastadores.

Estos niños se convierten en niños dependientes de figuras adultas para el logro de sus necesidades básicas. Son niños con dificultades de organización en la casa, dificultades en cumplir con los horarios, dificultades para trabajar de forma independiente, trabajando más lento en la escala social y académica. Son niños que tienden a responder antes que esperar y analizar las situaciones. Muestran un limitado sentido del ‘pasado’, como resultado, ya que no suelen aprender de sus errores. Más que no aprender, pienso que responden demasiado rápidamente para poder tener en cuenta sus experiencias pasadas y considerar qué pueden enseñarles los acontecimientos presentes.

Los niños con TDAH suelen estar menos preparados para el futuro. Como no prevén los acontecimientos que se aproximan, probablemente irán rebotando a lo largo de su vida, de crisis en crisis. Cuando una situación los golpea, están desprevenidos, lo que empieza a afectarlos en su vida familiar y sobre todo afectiva. Pueden parecer ausentes de daño, inmunes y negadores; sin embargo, su subjetividad se va a ir cargando de experiencias frustrantes, de sentimientos de inadecuación, de rechazo y de diferenciación.

El por qué del abordaje terapéutico
En la práctica existen diferentes modalidades de intervención para niños con TDAH. Un abordaje psicopedagógico basado en la óptica de la Psicología Cognitiva intenta lograr elaborar una internalización de patrones adecuados a través del funcionamiento de los procesos mentales del niño. Hablamos de habilidades para desglosar la información o los mensajes que recibimos en partes o unidades más pequeñas: análisis; y habilidades para recombinar esas partes en nuevos mensajes o instrucciones: síntesis.

Sin embargo, poder interpretar el funcionamiento de los procesos mentales requiere de contenidos y representaciones que dependen del tipo de interacción afectiva con otros sujetos significativos.

Sabemos que los contenidos mentales tienen características complejas y crecientes, y que ellos van dando lugar a la construcción de otros contenidos, dentro de un proceso más amplio de producción de la subjetividad, sin que sus estructuras originarias y fundantes desaparezcan, permaneciendo latentes en los aspectos inconscientes del psiquismo. Esto nos da que pensar y nos hacer reflexionar sobre el incorporar un acercamiento más integrador de los aspectos inconscientes del psiquismo.

Por ello, el  interpretar el conocimiento de los procesos de enseñanza  y  de aprendizaje debe incluir el saber escuchar las pulsiones eficazmente, en lugar de pretender acallarlas con alguna operación reeducativa eficientista. Para ello, es necesario reconocer la naturaleza particular de la constitución del niño, ingresar en su vida psíquica, dar los límites para que las pulsiones se manifiesten y, así, dar cabida para que la educación le de su espacio a la clínica, como una función integradora y humanista.

Es necesario reconocer que la práctica educativa y la psicoanalítica coexisten como  modalidades de intervención, y aunque son confrontadoras,  pueden acceder a articulaciones, ya que permitirán a la práctica educativa construir una categoría de contenidos con atravesamientos dinámico-afectivos absolutamente determinantes y necesarios.

Es imprescindible definir en niños con TDAH , la interacción del medio, sus exigencias y las peculiaridades de su aparato psíquico. Siendo este constituído por fuerzas anímicas, impulsos, deseos, conflictos, afectos, representaciones emotivas, objetos, vínculos, rasgos, imagos, defensas, identificaciones adquiridas de toda su historia. En todo caso, visto desde una desventaja neurológica, que avecina un riesgo si es que su naturaleza biológica se simplifica a un solo criterio ya sea médico, psicológico (con diferentes matices) y educativo.  Si salimos del paradigma biológico y adoptamos un enfoque más holístico podemos considerar una gama mucho más amplia de técnicas, métodos, herramientas y metodologías de investigación.

Fundamentos clínicos en psicopedagogía
La versión clásica de clínica psicopedagógica en su versión clásica, la origina la doctora Telma Reca, ella introduce los planteos de Ana Freud en el campo del psicoanálisis infantil. Se reconoce esta posición como Psicopedagogía Reeducativa. Esta clínica psicopedagógica se ocupa preferentemente de niños con compromiso orgánico (neurológico), referenciando los “trastornos de aprendizaje” a la psicología funcionalista.

Otra versión vigente —opuesta a la anterior— es la denominada Psicopedagogía Clínica (denominación atribuída al Dr. Kesselman), basada en el enfoque del psicoanálisis kleiniano, que articula aportes de Mannoni y Luzuriaga. Toma como instrumento básico para el tratamiento la interpretación verbal de los conflictos que aparecen en el niño con relación al aprendizaje.  Blanca Tarnopolsky surge como iniciadora de esta orientación y se ocupa de los problemas de aprendizaje de raíz emocional.

El síntoma orgánico es analizado a partir de la significación que le otorga la familia y el niño, y las fantasías que elaboran la familia y el niño en relación al síntoma. Es por esto que el síntoma y su significado para la familia constituyen una clave para la interpretación del caso clínico. La demanda es particularmente reflexionada en este enfoque, donde se llega a instalar en un  espacio alternativo, ya que desde el punto de vista de los padres, la demanda se inscribe en el discurso de las dificultades para aprender a escribir, leer, razonamiento matemático, atención, organización, entre otros.

Las sesiones de tratamiento (Tarnopolsky) plantean una producción vinculada al aprendizaje con un valor subjetivo: es decir, que guarda relación con la historia del paciente y sus problemas, objetivándose en esta visión una articulación entre el sufrimiento o padecimiento humano y el saber.

Caso
Martín, 13 años, fue diagnosticado de TDAH a los 8 años. Presenta resistencia a estudiar un capítulo de la historia de la Conquista del Perú. No se puede concentrar, evade la lectura, juega con el lápiz y garabatea la mesa de trabajo.

Se interviene analíticamente: ¿Podríamos decir que esta historia no te parece lo suficientemente importante para darle toda tu atención?

Martín: ¿Cuál es el significado de esta historia, de qué me va a servir en la vida saber qué pasó en el  pasado, si Pachacutec llenó o no el cuarto de oro, si de verdad fue una trampa la que le hicieron para que botara la biblia y así justificaran los españoles el capturarlo…?

Psicóloga: Es difícil poder darle un valor al pasado del Perú, para este examen, cuando tu propia historia  es algo de lo cual aún hay que significar y darle un espacio para pensar.

Este tipo de intervención destapó todo un espacio de reflexión, lo que favoreció un cambio drástico en la concentración y dedicación del niño para proseguir después del intervalo, leyendo y motivando para estudiar.

Conclusiones
Durante el abordaje terapéutico de niños que presentan TDAH, es necesario analizar las ansiedades que se expresan en las dificultades del niño. En esta perspectiva, se canaliza la expresión de la afectividad y es tematizada en el discurso a través de señalamientos que tienden a esclarecer la situación por medio de la toma de conciencia. El apoyo cognitivo implica detectar alteraciones del proceso evolutivo, evaluar e interpretar el trastorno y explicarlo en relación a la historia personal y al contexto; luego deriva o provee el tratamiento  para reencauzar el aprendizaje.

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La psicóloga Rosabel Maza da asesoría psicopedagógica, sus teléfonos son 9815-2040 y 441-2424, y su e-mail es rosabelmaza@gmail.comEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla

Artículo publicado en el boletín electrónico n.º 5 del APDA, del 19 de septiembre del 2004.