El coaching es una disciplina que, mediante preguntas, busca que las personas:
1.    Identifiquen sus fortalezas.
2.    Logren una mejor conciencia de los aspectos a mejorar.
3.    Trabajen con metas.
4.    Desarrollen responsabilidad.

Todo esto se obtiene con un seguimiento adecuado y con mucha motivación a la persona durante el proceso.

En los años ochenta del siglo pasado, el coaching comienza a tener amplia aceptación en los Estados Unidos, desarrollándose en particular en el ámbito empresarial y educativo. Esta última modalidad también se está desarrollando en los países latinoamericanos. En nuestro medio, desde el 2005, la Asociación Peruana de Déficit de Atención viene implementando este tipo de coaching, siendo pionera en esta materia.

La pregunta es: ¿cómo llevarlo a cabo? Las respuestas son varias, pues entendemos el coaching educacional en dos niveles:

Primer nivel: el coaching como herramienta de comunicación eficaz.
El coaching es una herramienta de comunicación eficaz que se debe dar entre los distintos actores en la relación educativa. Por un lado, desde la dirección del colegio hacia su personal administrativo y docente; por otro lado, desde ambos hacia los padres de familia y desde los docentes hacia los alumnos.

Las cualidades básicas que estos actores deben desarrollar para lograr una comunicación positiva son las siguientes: saber escuchar, tener buena disposición, estar motivados, usar la metodología básica del coaching (teniendo presente el buen manejo del lenguaje verbal, la emocionalidad y la corporalidad).

Los profesores son, en este nivel, una pieza muy importante, convirtiéndose en facilitadores del aprendizaje de sus alumnos, respetando su individualidad y apoyándolos en el desarrollo de su potencial.

Segundo nivel: la implementación de una oficina de coaching en el colegio.
Esta oficina requerirá una campaña de sensibilización sobre el tema, de manera que se motive a los alumnos a recurrir al coach (sabiendo que hay absoluta confidencialidad) para resolver sus problemas de cada día, que afectan directamente su desempeño. En este espacio el alumno tiene la oportunidad de identificar su meta, buscar la manera de lograrla y activarse para lograr el cambio, todo ello con el seguimiento y aliento constante del coach.

Hay que tener presente que es frecuente que el alumno solicite en un inicio ayuda para un  problema del momento, y luego decida trabajar otros temas con su coach, que lo lleven finalmente a un cambio transformacional.

Los temas a trabajar son básicamente: tomar conciencia, asumir la responsabilidad de las propias decisiones, el crecimiento personal y académico, el manejo de las emociones, la activación para lograr el cambio, el manejo del tiempo, el esfuerzo sostenido, el automonitoreo y la adaptación a las normas del centro educativo.

Desde esta oficina se realiza el coaching individual (con alumnos de secundaria), el coaching grupal (con alumnos de primaria) y el peer coaching (programa de formación a alumnos de secundaria que deseen asumir el rol de amigo/coach con un compañero).

El coach, o los coaches, a cargo de este espacio deben tener la formación profesional en coaching y será mejor si tienen la formación en coaching de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), ya que en todo centro educativo, sea escolar o universitario, hay una población significativa que presenta estas características.

Reflexiones
Los chicos con TDAH suelen necesitar más oportunidades. Por ello es bueno que los adultos a su alrededor desarrollemos:
– flexibilidad (empecemos cada día en cero, sin recordar los momentos difíciles del día anterior)
– sentido del humor (que ayude a ver la situación de manera más objetiva: no es el fin del mundo)
– creatividad (buscar QUÉ podría ser efectivo con el alumno en el que nada parece funcionar; no nos demos por vencidos, pensemos en soluciones posibles)

Todas las personas respondemos bien a los halagos, nos ayudan a incrementar la confianza en nosotros mismos. Los chicos con TDAH, al tener generalmente más momentos de frustración, necesitan casi como el aire una mirada positiva. Los podemos ayudar mediante:
– una mirada humanista (todos podemos aprender y cambiar)
– un lenguaje positivo (estando atentos a lo que decimos, de qué manera lo decimos, y qué expresa nuestro lenguaje corporal)

EL TRABAJO EN EQUIPO HACE LA DIFERENCIA
El tratamiento efectivo de un chico con TDAH requiere de varias personas comprometidas a su alrededor.
– Busquemos aliados en los padres de familia y profesionales que estén trabajando con el alumno.
– Conversemos los profesores para encontrar juntos una estrategia.
– Informémonos: www.deficitdeatencionperu.com

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Artículo aparecido en el boletín n. 24 del APDA, del 01 de marzo del 2010.