El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y la migraña son los dos diagnósticos más frecuentes en la neurología pediátrica. Si bien no se les considera trastornos comórbidos —esto es, que ocurren en la misma persona con frecuencia mayor que aquella debida a la proporción de cada una de ellas en la población en general— es esperable que casi uno de cada diez niños con TDAH tenga también migraña, y viceversa. Las manifestaciones del TDAH pueden verse en varios artículos y secciones de la página web del APDA, especialmente en:
¿Qué es el TDAH? ¿Cómo se le diagnostica y trata?
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)
La migraña es un trastorno de origen genético, más frecuente en mujeres, caracterizado por la presentación recurrente de dolores de cabeza. Este no es el lugar para discutir el mecanismo por el cual se producen las crisis; actualmente está vigente la hipótesis trigémino-vascular. Las crisis pueden ser desencadenadas por estímulos sensoriales como una luz o un ruido intenso, o por un olor fuerte (perfume, gasolina, pintura); otros desencadenantes serán mencionados en sus respectivos contextos. Existen dos variedades del trastorno que nos ocupa: la migraña con aura (llamada históricamente migraña clásica), y la migraña sin aura (migraña común). El aura consiste en síntomas que preceden al dolor de cabeza, siendo la visión de luces lo más característico.
El dolor suele comprometer los ojos y la frente, siendo de preferencia en un solo lado o más intenso en un lado (con cierta alternancia) , lo más común es que sea tipo latido y que dure varias horas. El dolor a menudo es precedido o acompañado por cierto mareo, la luz y los ruidos suelen molestar y con frecuencia hay palidez, náusea y aun vómitos; el decaimiento es común, la actividad física suele aumentar el dolor y hace que la persona tienda a estar quieta y también que se acueste y duerma. El sueño hace que el dolor disminuya o aun que desaparezca. La frecuencia y severidad de las crisis de migraña suelen aumentar en épocas de mucha tensión emocional y atenuarse con los años. En las mujeres es común que aumenten con el inicio de las reglas y que disminuyan o desaparezcan con la menopausia; los días previos a cada regla son un período especialmente vulnerable.
El tratamiento de la migraña puede ser de la crisis o preventivo. El tratamiento de la crisis —además del sueño— puede ser con analgésicos simples (aspirina, paracetamol, metamizol, ibuprofeno) o con los triptanes (naratriptan, zolmitrioptan); estos últimos suelen ser necesarios cuando las crisis son severas e interfieren con las actividades diarias.
El tratamiento preventivo consiste en disciplina en la alimentación (que no pasen muchas horas sin alimento) y en el sueño (no conviene muy poco ni demasiado sueño); en evitar algunas bebidas alcohólicas (como el vino tinto; además hay que saber que los migrañosos son especialmente sensible a los licores de no muy buena calidad), los quesos maduros, los preservativos alimenticios (como el monoglutamato sódico y los presentes en los embutidos, especialmente la salchicha hot dog), el chocolate, los colorantes —especialmente cuando los colores son intensos— de las bebidas o golosinas. Si a pesar de lo anterior las crisis son de una frecuencia que interfiere en la vida diaria, puede ser necesario el tratamiento medicamentoso preventivo (con propranolol, amitriptilina, ácido valproico, topiramato o flunarizina) que debe efectuarse durante varios meses.
La migraña en los niños suele diferenciarse de aquella de los adultos en varios aspectos: el aura es infrecuente; suele haber relación con la asistencia al colegio, ocurriendo a menudo a la hora de salida o en camino a casa; el dolor con frecuencia no es unilateral sino toma toda la cabeza o la frente; tiene mayor relación con los alimentos; puede acompañarse de dolor abdominal. El tratamiento suele circunscribirse al sueño, analgésicos simples y a evitar los alimentos que desencadenan las crisis; raras veces es necesario el uso de los triptanes o el tratamiento medicamentoso preventivo.
Cuando la migraña se asocia al TDAH en los niños, suele tener ciertas características especiales, por lo que conviene prestar atención a los siguientes puntos:
– Como la migraña es más frecuente en mujeres y el TDAH en ellas a menudo no cursa con hiperactividad, el diagnóstico de esta asociación puede no ser fácil para quien carece de experiencia suficiente en ambos trastornos.
– Su frecuencia y severidad son claramente mayores en los períodos escolares, especialmente los días de clases y en época de exámenes.
– A menudo el dolor de cabeza interfiere con el trabajo en el colegio y puede ser causa de ausentismo, acentuando los problemas académicos del niño con TDAH que también tiene migraña.
– El tratamiento adecuado —que necesariamente requiere medicación— mejora significativamente la migraña al disminuir las tensiones en el colegio y el esfuerzo necesario para el trabajo escolar.
– En un niño o adolescente con dolores de cabeza frecuentes y severos —a pesar de las medidas generales o del tratamiento medicamentoso preventivo— debe pensarse en la posibilidad de migraña asociada a TDAH, especialmente cuando hay problemas de rendimiento escolar o de conducta, o cuando dicho dolor ocurre preferente o exclusivamente los días de colegio.
– En los niños con migraña asociada al TDAH —igual que cuando no está asociada a él—, cuando existe historia familiar de migraña no suele ser necesario efectuar pruebas diagnósticas, bastando la historia clínica.
– El TDAH no tratado adecuadamente, especialmente cuando no se emplea la medicación, puede acompañarse de dolor de cabeza no migrañoso, especialmente de cefalea tensional. Al efectuarse el tratamiento, hay un alivio significativo o desaparición de este problema.
– Es muy infrecuente que el metilfenidato (Ritalin) produzca dolores de cabeza; cuando esto ocurre, generalmente es en el momento de máximo efecto del medicamento, de una a tres horas después de haberlo tomado. Puede ocurrir transitoriamente al inicio del tratamiento o si toman dosis demasiado altas. Lo usual es que el dolor de cabeza sea debido a las tensiones escolares y que ocurra por la noche, por las tensiones acumuladas durante el día y fuera de las horas de efecto del medicamento.
En conclusión: la migraña y el TDAH son dos problemas comunes, que pueden estar presentes en un mismo niño; especialmente cuando ocurre en mujeres, esta asociación puede no ser claramente evidente..El TDAH suele hacer más frecuentes y severas las crisis de migraña en épocas de colegio; a su vez, la migraña suele agravar los problemas escolares de quien tiene TDAH. El tratamiento preventivo de la migraña no suele ser tan efectivo cuando existe esta asociación. Finalmente, el tratamiento adecuado del TDAH, que comprende el uso de medicamentos, suele hacer menos frecuentes y severas las crisis de migraña y puede aun suprimirlas durante largos períodos.
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Neurólogo asesor fundador del APDA y miembro del Consejo Consultivo Profesional de la AD/HD Global Network. Correo electrónico: armandofilomeno@yahoo.com
Artículo aparecido en el boletín electrónico n.º 13 del APDA, del 18 de septiembre del 2006.