Lic. Solange V. de Majluf
La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado que se utiliza para tratar distintas alteraciones psicológicas y psiquiatricas (por ejemplo, la depresión, la ansiedad, las fobias, etcétera). Se basa en el supuesto teórico subyacente de que las emociones y la conducta de un individuo están determinadas en gran medida por el modo que tiene dicho individuo de estructurar el mundo. Sus cogniciones (traducidos en “pensamientos automáticos”) se basan en actitudes o supuestos (esquemas) desarrollados a partir de experiencias tempranas anteriores. Por ejemplo, si una persona interpreta todas sus experiencias en términos de si es competente y esta capacitada, su pensamiento puede verse dominado por el esquema, “si no lo hago todo a la perfección, significa que soy un fracaso”. Consecuentemente, esta persona responderá a las situaciones que se le presenten en términos de adecuación y competencia, incluso aunque dichas situaciones no tengan nada que ver con la dimensión de competencia personal. Esta comprensión resulta fundamental para poder ayudar a los pacientes a descubrir las reales causas de sus problemas, lo cual no solo ayudara a instalar esperanza sino también a lograr que este logre su máximo potencial.
Este podría ser el caso de muchos niños, adolescentes y adultos que, abrumados por la ansiedad o la desesperanza no logran salir adelante en sus estudios o en las tareas que emprenden. Veamos el caso de Carlos, un adolescente de 17 años que durante toda su secundaria presento un desempeño académico pobre. Al realizar el análisis del problema, se encontró que el muchacho reportaba intensos niveles de ansiedad cada vez que estaba en clase de matemáticas y ciencias; igualmente cuando estando en casa, se acercaba la hora de hacer las tareas. El paciente respondía con mucha ansiedad y su respuesta a la misma era la de “desconectarse” de la clase, mirar por la ventana o ponerse a hacer sus planes del fin de semana. Los típicos pensamientos automáticos reportados en esos momentos eran: “esto es muy difícil, si pregunto los demás creerán que soy bruto, soy un fracaso para los números”. Evidentemente el esquema de perfección de Carlos, no le permitía tolerar las muchas veces frustrante camino del aprendizaje, ya que cada vez que este se le complicaba, Carlos “escapaba” lentamente de la situación problemática, lo cual reducía su ansiedad en el corto plazo, pero agravaba sus problemas académicos a largo plazo. Este es un clásico caso donde los pensamientos automáticos y los esquemas subyacentes generan niveles de ansiedad tan altos, que impiden al paciente lograr sus metas académicas.
Las técnicas terapéuticas van encaminadas a identificar y modificar los pensamientos automáticos distorsionados y las falsas creencias (esquemas) que subyacen estas cogniciones. El paciente aprende a resolver, y situaciones que anteriormente habían sido considerado insuperables, mediante la reevaluación y modificación de los pensamientos, se le ayuda a pensar y actuar de un modo mas realista y adaptativo, reduciendo y eliminando así los síntomas. La terapia cognitiva se sirve de una amplia variedad de estrategias para lograr sus metas terapéuticas. El objetivo de las técnicas cognitivas es delimitar y poner a prueba las falsas creencias y los supuestos desadaptativos específicos del paciente. El método consiste en experiencias de aprendizaje altamente específicas dirigidas a enseñar al paciente lo siguiente:
– Conocer los pensamientos automáticos negativos
– Identificar las relaciones entre cognición, emoción y conducta
– Examinar la evidencia a favor y en contra de sus pensamientos distorsionados
– Sustituir estas cogniciones desviadas por interpretaciones mas realistas; y
– Aprender a identificar y modificar las falsas creencias que le predisponen a distorsionar sus experiencias.
En contraste con las terapias tradicionales (psicoanálisis, terapia centrada en el cliente), el terapeuta se encuentra en continua actividad e interactúa intencionalmente con el paciente. Se estructura la sesión según un diseño especifico que requiere la participación y colaboración del paciente. La terapia cognitiva se centra en los problemas “aquí y ahora”, aunque no ignora el origen histórico de los esquemas, los cuales son trabajados luego del alivio sintomático. La terapia cognitiva no interpreta factores inconscientes, más bien se centra en la medicación de creencias desadaptativas por otras más funcionales.
La terapia cognitiva también difiere de la terapia conductual en el mayor énfasis sobre las experiencias internas (mentales) del paciente, tales como pensamientos, deseos y actitudes. Tal vez lo que más distingue la terapia cognitivo conductual de las demás corrientes es su estrategia de investigación empírica. Así, casi todas las experiencias pueden darnos la oportunidad de realizar un experimento relevante a los puntos de vista o creencias negativas del paciente. Si este piensa, por ejemplo, que todas las personas con las que se encuentra la rechazan, podríamos ayudarle a establecer un sistema para juzgar las reacciones de los demás y animarle a realizar evaluaciones objetivas de la expresión facial y los movimientos corporales de las personas. Si el paciente anticipa que no podrá realizar las tareas acordadas, se puede elaborar una escala gradual de tareas conforme su grado de dificultad, establecer estrategias y un registro de sus logros en cada paso, y así sucesivamente.
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La Lic. Solange V. de Majluf es psicóloga cognitiva; desarrolla su actividad profesional en INFATEC – Instituto Familiar de Terapia Cognitiva.
Correo electrónico: solange@infatec.com.peEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
Artículo aparecido en el boletín electrónico nº 21 del APDA, del 22 de diciembre del 2008.