Atlanta, EEUU, 11-13 de noviembre del 2010
Dr. Armando Filomeno*
El viernes por la tarde, Russell Barkley —en su conferencia sobre funciones ejecutivas en el TDAH— mencionó que el TDAH debería llamarse TDFE (EFDD en inglés): Trastorno por Déficit de las Funciones Ejecutivas. Para Barkley, la desatención es un efecto de la memoria de trabajo deficiente; la hiperactividad y la impulsividad serían un efecto de la deficiente inhibición. Aclaró, sin embargo, que no propone un cambio de nombre para el TDAH. Una mamá del auditorio, dijo que esperaba que no variara el nombre del trastorno, pues de otra manera su hijo no podría acogerse a las leyes que protegen a quienes tienen TDAH en los Estados Unidos.**
A la misma hora, Beatriz Duda y Maya Echegaray dictaron la conferencia “Coaching as an Educational Tool for Parents” (El coaching como herramienta educativa para los padres), que propone que los padres aprendan algunas estrategias de coaching para mejorar la comunicación con sus hijos.
También el viernes por la tarde, Jeff Newcorn en su conferencia sobre Actualización en Medicación, hizo especial énfasis en los nuevos medicamentos y en las nuevas presentaciones de los medicamentos clásicos. No le agradó mucho, sin embargo, que le preguntara por qué existía una aparente discrepancia entre los estudios formales de algunos medicamentos y los resultados que se ven, en el día a día, en los pacientes (en el “mundo real”). Las actividades del viernes concluyeron con una sesión vespertina por grupos de interés, correspondiéndonos el grupo internacional coordinado por José Bauermeister; allí tuvimos ocasión de conocer, y de reencontrar, a profesionales de diversos países.
El sábado 13 por la mañana, en el Simposium de Investigación II, Susanna Visser, investigadora del CDC (Centers for Disease Control and Prevention), que tiene su sede en Atlanta, reportó los resultados comparativos de la prevalencia del TDAH en niños de 4 a 17 años de edad en todos los Estados Unidos, entre los años 2003 y 2007. Mediante una encuesta telefónica en más de 90 mil hogares, se determinó el número de chicos que tenían el diagnóstico de TDAH, observándose un aumento del 7.8% en el 2003 al 9.5% en el 2007, siendo mayor el aumento en la población de origen hispano; también se observó un aumento en el porcentaje de quienes se medican, aunque sólo lo hacen alrededor de las dos terceras partes de quienes tienen TDAH. Se están efectuando nuevos estudios con respecto al significado de estas cifras.
En este enlace puede verse el reporte del estudio.
El sábado por la tarde Edward Aull, un especialista en pediatría del desarrollo y la conducta, compartió con los asistentes su amplia experiencia en el síndrome de Asperger y en el TDAH. Él tiene el respetable punto de vista de que el TDAH y la ansiedad no son trastornos asociados al síndrome de Asperger, sino que son parte fundamental del mismo. Otra perla de la presentación de Aull es que, en su experiencia, los pacientes con Asperger necesitan y toleran bajas dosis de los medicamentos usados para el TDAH. Cerró la tarde la conferencia de Oren Mason —Nuevas Estrategias Medicamentosas en el TDAH— que, para mi gusto, puso un excesivo énfasis en medicamentos y formas de presentación nuevos, en desmedro de los medicamentos de probada efectividad.
Como es usual, las Conferencias Anuales Internacionales del CHADD presentan temas interesantes y enfoques variados sobre ellos, siendo además una ocasión de escuchar el punto de vista de los pacientes y de sus familiares.
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*Neurólogo asesor del APDA. Correo electrónico: armandofilomeno@yahoo.com