Beatriz Duda
Juan José Calderón

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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es comúnmente asociado con la infancia y la adolescencia, pero también puede afectar a adultos y a personas de la tercera edad. A medida que envejecemos, es importante comprender cómo se manifiesta el TDAH en esta etapa de la vida, cómo se diferencia de otros diagnósticos y qué opciones de tratamiento están disponibles.

El TDAH en la tercera edad puede presentarse con síntomas similares a los observados en etapas anteriores de la vida. Estos síntomas pueden incluir dificultad para mantener la atención, impulsividad, hiperactividad, problemas de organización, falta de motivación, inquietud, entre otros. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos síntomas pueden manifestarse de manera diferente en la tercera edad debido a los cambios cognitivos y físicos asociados con el envejecimiento.

Por esta razón, para poder diagnosticar o descartar el TDAH en adultos mayores es necesario que el médico realice una evaluación muy exhaustiva y precisa que incluye la historia clínica, la observación de los síntomas, las herramientas de evaluación específicas y la exclusión de otras condiciones médicas. Las personas mayores pueden tener dificultades en recordar (y reportar) de forma precisa eventos relevantes, por lo que es importante contar con algún familiar o persona cercana a ellas, durante la evaluación. La presencia de comórbidos (condiciones asociadas), muy usual en casos de TDAH no tratado, puede interferir significativamente.

Muchas veces se confunde el TDAH en la tercera edad con otros diagnósticos, como la demencia o la depresión. La presencia de síntomas similares, como la falta de concentración, la pérdida de memoria y la ansiedad pueden dificultar el diagnóstico preciso. Algunas de las características del TDAH pueden haberse atenuado (en relación a la expectativa diagnóstica) o simplemente, ya no ser enteramente aplicables debido a los cambios y deterioros físicos que empiezan a manifestarse en esa etapa de la vida: baja la hiperactividad; aumenta la dificultad para mantener la atención debido a la disminución de la capacidad cognitiva; y aumentan las dificultades para cumplir con las demandas de la vida diaria, como tomar medicamentos y mantener horarios regulares.

Debido a lo expuesto, es importante incentivar una atención exclusiva al TDAH en la tercera edad, realizando más estudios longitudinales (estudios a lo largo de la vida de las personas) que permitan recabar información detallada y conocer más cómo se manifiesta el TDAH en la tercera edad. Mayor conocimiento facilitará una mejor detección, evaluación y atención de esta población.

En cuanto al tratamiento del TDAH en la tercera edad, existen diferentes opciones a considerar. Además de las intervenciones farmacológicas (que deben tener un monitoreo cuidadoso de los síntomas y la funcionalidad diaria), el acompañamiento desde la terapia psicológica y el coaching puede ser una opción efectiva. El coaching se enfoca en el establecimiento de metas, la planificación y la organización, y puede ayudar a las personas mayores con TDAH a entender sus características y desarrollar estrategias prácticas para manejar sus síntomas y mejorar su calidad de vida. El tratamiento es individualizado, de acuerdo a las características y necesidades de cada persona.

Recordemos que lo ideal es que todo adulto mayor tenga una red de confianza que lo apoye cuando necesite recordar información, acudir a alguna cita médica y realizar actividades físicas. La compañía de sus hijos, nietos, amigos, es vital para que disfruten esta etapa de la vida.

En conclusión, el TDAH puede manifestarse en la tercera edad y presentar desafíos únicos. Es importante reconocer los síntomas, diferenciarlos de otros diagnósticos, realizar una evaluación precisa y considerar opciones de tratamiento adecuadas. Al abordar el TDAH en la tercera edad de manera adecuada, se puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores que presentan estas características.

Recuerda:
– El TDAH en la tercera edad puede presentarse con algunos síntomas similares a los observados en etapas anteriores de la vida.
– La evaluación del TDAH en adultos mayores debe ser exhaustiva y considerar el deterioro natural de ciertas funciones debido al envejecimiento y las comorbilidades.
– Los comórbidos, muy usuales en casos de TDAH no tratado, pueden interferir significativamente en un buen diagnóstico.
– Muchas veces se confunde el TDAH en la tercera edad con la demencia o la depresión por sus síntomas similares (falta de concentración, pérdida de memoria y ansiedad).
– El tratamiento del TDAH en la tercera edad puede considerar medicinas (indicadas por un médico que monitoree los síntomas) y el acompañamiento desde la terapia psicológica o el coaching.
– Es necesario investigar más sobre el TDAH en la tercera edad.

Referencias
– Goodman, D.W. (2018). Clinical Presentation, Diagnosis and Treatment of Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD) in Older Adults: A Review of the Evidence and its Implications for Clinical Care.  Journal of Attention Disorders, 22(3), 205–221. https://doi.org/10.1177/1087054715618993
– Nadeau, K. (2018). Los síntomas del TDAH y el envejecimiento se confunden en población mayor. Redacción Médica. https://www.redaccionmedica.com/secciones/psiquiatria/los-sintomas-del-tdah-y-    el-envejecimiento-se-confunden-en-poblacion-mayor-4271
– Surman, C. B. H., & Goodman, D. W. (2017). Is ADHD a valid diagnosis in older adults? Current Psychiatry Reports, 19(4), 23. https://doi.org/10.1007/s11920-017-0776-5

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