¿Cómo se dio cuenta usted de que su hija tenía el TDAH? Intuitivamente, me di cuenta que algo pasaba desde que ella tenía tres años. Era extremadamente inteligente, traviesa, vivaz; sin embargo, no acataba las normas en el nido. Mientras los demás niños (en su mayoría) parecían conectados con la profesora y lo que se hacía en clase, mi hija por lo general estaba haciendo algo distinto a lo que hacían los demás. Por esa razón acudí donde una psicoanalista experta en niños y en pruebas, pero como no salió nada en claro, recurrí a otro profesional experto en niños quien la tuvo en terapia por casi dos años sin percibir nada. Fue recién cuando ella tenía seis años y acababa de terminar el kindergarten, que una tercera experta en pruebas psicológicas para niños detectó el trastorno y me recomendó acudir donde un médico neurólogo. Fue el médico neurólogo quien corroboró este diagnóstico y me explicó de qué se trataba esto; además, me facilitó bibliografía sobre el tema. Por lo que usted nos cuenta no es nada fácil hacer un diagnóstico acertado… ¿Qué sensación o sentimiento le produjo el saber que su hija tenía el TDAH? ¿Qué consejos les daría a padres que tienen la duda o a aquellos que ya saben que alguno de sus hijos tiene el TDAH? Y a los segundos les diría que no se asusten, que no se preocupen, no es el fin del mundo. Aunque en un primer momento todo padre puede sentirse agobiado al encarar que un hijo tiene un trastorno, los chicos con este déficit suelen emplear muchos recursos para contrarrestar las dificultades que tienen. Por lo general, son chicos de un nivel intelectual muy alto, así como también suelen ser enormemente creativos e imaginativos. El último consejo: no minimicen el asunto. No crean que porque el chico es simpático o inteligente, o tiene dotes deportivos o artísticos, va a poder lidiar con sus dificultades sin ayuda externa. Quizás en el pasado, cuando no se tenía conocimiento de esto, algunos chicos hayan podido superar solos sus deficiencias, pero estoy segura también de que muchos de ellos cayeron en problemas de falta de autoestima, rechazo social o escolar, alcohol, drogas, etc. Muchos han sido tildados, en su entorno familiar o escolar, de ociosos o brutos o torpes, cuando no lo eran. Tampoco es bueno irse al otro extremo, como es el caso de muchos padres que tienden a sobreproteger o engreír a su hijo en exceso, ya que ahí también le están impidiendo superar el problema, pues muy probablemente el chico aproveche esto para manipular a los demás y no reconocer la autoridad de nada ni de nadie. Como suele pasar con todo en la vida, a veces es difícil encontrar el justo medio. Reforzar su autoestima, saber ponerles límites claros y consecuentes, darles mucho amor, y tener una ¡¡¡¡¡alta dosis de paciencia!!!!! Sé que suena más fácil de lo que es, pero se puede. ¡Ánimo! ____________________ |