El déficit de atención es un trastorno que se inicia en edades tempranas, ocasionado por un defecto fundamentalmente bioquímico que afecta el comportamiento, la atención y el aprendizaje del niño. La característica esencial es una persistente falta de atención en diversas situaciones, lo que trae como consecuencia que el niño cambie frecuentemente de una actividad a otra.
Un niño con confianza en sí mismo, con una adecuada autoestima, tiene mayor capacidad para resolver problemas, así como más habilidades para la toma de decisiones. Por ello, este es un aspecto que debemos cuidar mucho en los niños con déficit de atención, siendo irónicamente una de las condiciones que muchas veces suele encontrarse en riesgo.
La autoestima es algo que se adquiere día a día. Estos niños se enfrentan todos los días a experiencias relacionadas con el conflicto, las relaciones interpersonales, el triunfo y el fracaso; y estas experiencias irán de alguna manera influyendo en la conformación de su propia imagen.
Los padres y también los profesores, como formadores, al ser las personas que más influencia tienen en los niños, juegan un papel fundamental en este desarrollo. Alguna vez leí: “La autoestima es aprendida. Si es aprendida, podemos enseñarla”. Pienso que es una frase muy cierta, y que implica una gran responsabilidad para los que estamos en contacto con niños pequeños.
Convivir con un niño con déficit de atención suscita una mezcla de sentimientos, por un lado se reconocen sus valores y potencialidades, pero por otro lado hay que reconocer que no siempre es fácil vivir con ellos, ya que debido a sus características particulares con frecuencia surgen situaciones y actitudes que dificultan la vida en familia.
Estos niños interrumpen las actividades y las abandonen sin haberlas terminado, cambian de actividad a otra dando la impresión de que pierden el interés en una tarea para pasar a distraerse con otra, olvidan con frecuencia lo que se les dice y a veces dan la impresión de que no escuchan cuando se les habla.
Nada es más útil para un niño con déficit de atención que tener padres y profesores pacientes y tolerantes, que lo sepan comprender y que sepan contener o encauzar el gran torrente de energía que tienen.
Debemos evitar las actitudes de enojo o el castigo frente a su conducta, aceptando lo que es una realidad: que estos niños o niñas no pueden cumplir ciertas expectativas, sean las que se les imponen o las que ellos mismos a veces se proponen.
Recordemos siempre:
1. No actúan de esa manera porque quieren.
2. Tienen un problema, NO son un problema.
3. La poca autoestima refuerza su inestabilidad.
Un diagnóstico oportuno de déficit de atención,y un tratamiento apropiado favorecerán que el niño, y posteriormente el adolescente, puedan lograr una vida productiva y un desempeño personal y social más satisfactorio.
No enfrentar lo que está pasando, trae como consecuencia fracasos y baja autoestima, y finalmente problemas emocionales que podrían evitarse (inadaptación, depresión, conductas violentas).
No es lo mismo un niño que piensa: “como soy listo, lo sabré hacer” que otro que piensa: “no podré conseguirlo nunca”. El primero lo intentará mientras que el segundo abandonará la tarea antes de intentarla. Los niños terminan por creerse todo aquello que oyen sobre ellos. ¿Cómo van a quererse si se les dice que no nos gusta cómo son ni las cosas que hacen?
¿Cómo podemos cuidar la autoestima de estos niños?
1. Proporcionándoles seguridad y aliento.
2. Evitando compararlos con sus hermanos y compañeros.
3. Elogiando con frecuencia las conductas positivas.
4. Hablándoles con suavidad y de forma no amenazante.
5. Reforzándolos cuando se observen señales de frustración.
Unas cuantas sugerencias más para los padres:
• Los niños necesitan saber qué hacen bien, no duden en señalarles constantemente lo que están haciendo bien, en lugar de recordarles todos los días lo que están haciendo mal.
• Eviten atender más a las conductas negativas, y en cambio fíjense más en aquellas positivas que pasan a veces desapercibidas (cuando les regalan un dibujo a los papás o ayudan al hermanito).
• Ayúdenlos a responsabilizarse por pequeñas tareas (que puedan realizar correctamente), así fortalecerán su autoestima.
• Y por último, siendo esto lo más importante, denles mucha ATENCIÓN y AFECTO.
Los niños con déficit de atención presentan aspectos positivos que deben ser valorados y potenciados: tienen un pensamiento rápido, intuición, sinceridad, creatividad y gran expresividad afectiva entre otras cosas.
Recordemos que una autoestima alta ayuda a prevenir otras conductas asociadas al déficit de atención.
Para aprender a respetar hay que crecer sintiéndose respetado.
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La psicóloga Yoli Valdivieso trabaja en el Nido Sonrisitas y desarrolla su práctica privada en psicoterapia de niños. Su telefóno es 9946-8575 y su e-mail: yvaldivieso@terra.com.peEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
Artículo publicado en el boletín electrónico n.º 4 del APDA, del 9 de julio deL 2004.