Beatriz Duda

El sábado 28 de junio tuvimos la suerte de tener con nosotros a la educadora uruguaya María Teresa Hill, quien dirigió un taller para profesores en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En estas líneas pretendo hacer una síntesis de algunos puntos desarrollados en dicho taller.

Lo primero que se mencionó es que «las estrategias no son como una receta de cocina». De serlo, el manejo de chicos con TDAH en el aula sería muy fácil… De lo que se trata entonces es de tener un amplio conocimiento sobre este trastorno y conocer algunas estrategias, que de acuerdo a cada niño pueden ser aplicadas en momentos determinados.

Hay que tener en cuenta es que se nace con este déficit, no es una condición voluntaria, es un trastorno neurobiológico genético, real. Las personas con TDAH tienen una conexión particular en una zona del cerebro que tiene que ver con la facultad para inhibir impulsos, discriminar, seleccionar, prestar atención, organizarse, manejar las emociones, sostener la motivación y manejar el tiempo, entre otras funciones.

Todas estas características hacen que en un mundo como el actual, donde existe la globalización, donde las cosas se desarrollan a una gran velocidad y donde estamos bombardeados de estímulos visuales y sonoros, las personas con TDAH tengan más dificultades para avanzar al ritmo y al modo que la sociedad impone.

El TDAH presenta subtipos, por lo que una persona con este diagnóstico podrá ser: predominantemente inatenta, predominantemente impulsiva-hiperactiva o tener el tipo combinado (las dos anteriores).

Un punto interesante es el aspecto del género, pues antes se pensaba que existían más niños que niñas con TDAH. Ahora se sabe que «no hay diferencias significativas en el perfil clínico de varones y niñas con TDAH». Lo que sucede es que socialmente hay comportamientos que están predeterminados según el género y de ahí las diferencias.

A continuación reproduzco un texto de Michael Gordon que nos mostró María Teresa para sensibilizarnos sobre el día a día de los chicos con TDAH en la escuela: «Una clase típica es un lugar terrible para un alumno con TDAH… Después de todo, les estamos pidiendo a niños que tienen serios problemas de atención, organización y control de sus acciones, que pasen varias horas al día atendiendo, organizándose y controlando sus acciones».

No debemos confundir las dificultades que suele tener una persona con TDAH con su nivel de inteligencia, pues no están ligados. Una persona muy inteligente puede tener TDAH; lo que probablemente suceda es que si no se trata, no aproveche su potencial y además pueda tener problemas conductuales, familiares, emocionales y sociales. Es importante entender que el ámbito académico no es el único afectado.

Una frase muy bonita que compartió María Teresa con nosotros es: «tener un diagnóstico de TDAH equivale a tener un certificado de vulnerabilidad».

¿Y qué sucede en la vida adulta? Según estadísticas de estudios realizados en los EEUU, la persistencia de los síntomas en los adultos es de 66% a 86%. Por ello es importante el diagnóstico a temprana edad, pues con un tratamiento adecuado las posibilidades de manejar adecuadamente estos síntomas y de tener un menor impacto negativo en sus vidas (en el trabajo, en sus relaciones sociales y, muchas veces, en el uso y abuso de sustancias) es más alto.

Por lo tanto, ¿qué hacer?, ¿qué estrategias tener para aminorar este índice?, ¿cómo apoyar a los niños con TDAH para que se conviertan en adultos felices y productivos?

En el taller se señalaron varios caminos que van de la mano:
– Informarse e informar sobre el tema a todas las personas involucradas (padres, familiares, profesores, otros profesionales).
– Desarrollar empatía
– Permitir que saboreen el éxito (para ello tenemos que mirar de manera positiva, descubrir sus habilidades)
– Utilizar el concepto de las inteligencias múltiples (hacer que el niño descubra que si bien tiene debilidades, tambi{en tiene fortalezas)
– Comprender que el niño NO es la causa del problema, sino que TIENE un problema
– Aumentar los incentivos
– Desarrollar métodos de enseñanza participativa
– Utilizar diversas estrategias según la necesidad del niño
– Ser creativo
– Ayudarse de la tecnología (por ejemplo, permitir al niño que tiene muy mala letra presentar sus trabajos hechos en la computadora)
– Implementar el coaching
– Tener en cuenta que un alto porcentaje de niños se beneficia con la medicación como parte del tratamiento
– Instrumentar un programa de ayuda

Por último, María Teresa hizo hincapié en que el abordaje del TDAH es un trabajo de equipo. Afirmó algo muy cierto e importante: «El chico no puede cambiar el funcionamiento de su cerebro, necesitamos modificar el entorno».

Con comprensión, paciencia, información y comunicación constante el camino con los niños con TDAH puede ser bueno, productivo y alegre!

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Beatriz Duda es coach de TDAH y presidenta del APDA. Correo electrónico: beatrizdudam@gmail.com
María Teresa Hill es educadora y presidenta del FORO Iberoamericano de TDAH. Correo electrónico: matecol@yahoo.com

Artículo aparecido en el boletín electrónico n.º 19 del APDA, del 21 de julio del 2008.